domingo, diciembre 31, 2006

Navidad 2006

Se supone que la Navidad es esa época en que la familia se reúne. Se echa de menos a los que no están…. Y en algunas ocasiones se echa de más a los que se quedaron (pero eso es otro cuento).
Estos días tiré hacia el sur. Aunque cada día ando más convencida de que lo mío es el norte. Pero tenia ganas de ver a Julia… y a sus padres… y a sus abuelos, que, cosas del árbol genealógico resulta que son mis primos y tíos. La niña Julia. Tiene unos ojillos de esos que no puedes evitar sonreír cuando te miran. A pesar de que la sonrisa se vuelve un poco amarga, porque no puedes entender que precisamente ella tenga que vivir una enfermedad terrible. Sé que también se hará más fuerte. Y que todos la vamos a querer siempre un poquito de más… (que siempre está bien que te quieran de más, aunque sea para compensar los que te querrán de menos)
Y hablando de cariños… creo que cada día entiendo menos esto de la pareja. A veces siento un terrible alivio cuando no tengo que decirle a nadie qué pantalones ponerse, o recordarle que llame a su madre para su cumpleaños o preguntarle que qué le apetece comer… Si un día llega un tipo con ganas de quedarse a mi lado… por favor, que venga enseñadito… y que se compre una agenda.
Estos días, algo bonito ha sido recuperar especialmente a algunas amigas. A mi churrita, que la noto cada día más tranquila (qué bien le sienta esa estabilidad al lado de un tipo tranquilo que la quiere como se merece…), a Roser. que de vez en cuando nos perdemos la pista para luego recuperarnos… (las últimas fotos que me hizo… yo me lanzaba en parapente desde lo alto de una montaña…) , a Tere., que tengo ganas de darle un abrazo (la última vez que comimos juntas la llevé a un restaurante curioso en Rubí… pero nos supo a poco… cuántas cosas se nos quedan siempre en el tintero,)
Y finalmente pude hablar con Patxi….. me encantó una carta que me hizo llegar. Este hombre me trata como si yo fuera una artista…. Y el artista siempre ha sido él… Recuerdo el primer claustro que compartí con él.. en el que tildó al director de gilipollas, así, sin saltarse una coma… un tremendo: “a ti lo que te pasa es que eres un auténtico gilipollas”… y se quedó tan pancho. Luego compartimos risas y complicidades durante casi dos años. Y nos cambiaba humo de tabaco (que depositaba delicadamente en el departamento de informática) por caramelos (que siempre dejaba en el cenicero). Creo que esas son las cosas que me guardo en el bolsillo de los recuerdos.
Y evidentemente son días también de recordar a Albert. Y a su familia. Que un día fue la mía. Pero curiosamente cada vez echo menos de menos la comida de navidad (en que acabábamos en casa de su madre haciendo la comida, porque ella invitaba a todo el mundo pero luego no podía hacer la comida porque siempre andaba a rastras con su depresión de caballo), ni ir a buscar a su tía (¿cómo se llamaba aquella tía extraña que tenía hijos extraños y vivía en un piso extraño?), ni a jugar a la lotería (yo siempre acababa dormida en el sofá…). Sí echo de menos a Marta, a Patricia y a Miguelito… esos niños ajenos que siempre traté como sobrinos propios. A ellos sí que los echo mucho de menos.
El 30 de vuelta a Madrid. Paso por Córdoba a recoger a Lola. Por la noche viene Carlitos, que se viene conmigo a pasar el findeaño (a ver dónde acabamos el 2006…). Curiosamente, creo que él es el hombre que más me quiere… a pesar de no haberme querido nunca como un hombre… ;-)…

jueves, diciembre 21, 2006

Una canción que parece una poesía...


Para J., uno de esos hombres de ojos tristes... (que no sé si me lees pinchegüey... que andas perdido entre Lisboa y L.A... y aeropuertos y rascacielos).... ¡¡¡¡¡Que hoy es su cumple...!!!!
Un beso desde tu Madrizzzz.

La magia

Lola "echa" las cartas. A mí me gusta esto de tener una brujilla en casa. Pero es que además también nos echamos unas risas. Y eso siempre está bien. Y encima... intuye. E intuye bien. Al menos, hasta ahora, con lo poco o mucho que nos conocemos... me intuye entera. Intuye mis miedos. E incluso cosas más "físicas". Recuerdo la primera vez que quedé con A. Yo no le había dicho absolutamente nada... y lo acertó todo. Desde que había quedado en un sitio al que me costaría llegar, que era un tipo al que llamaban mucho por teléfono hasta el tamaño de cierta parte de su anatomía... (aquí fue donde vinieron las risas... evidentemente). Yo no sé dónde está la frontera entre la ciencia y la magia. Siempre he sido más científica que otra cosa (o al menos lo he intentado). Entonces llega Lola... y me dice: "Todos llegamos aquí por algo. Pero no lo sabemos. Todos tenemos un trabajo que hacer. Pero al nacer nos vamos poniendo capas que nos impiden la visión... "... Me recuerda a mi tía, a mi madre... esas mujeres viejas (no por la edad... más bien por esa visión que a mí me cuesta tanto). Y entonces me acuerdo de todas esas mujeres medio brujas que pasaron por mi vida. De Rabel... que tiene también algo de bruja.. (mi niña). De Jo Fox... esa brujilla de las islas de Skye.. donde tengo la impresión que se me quedó algo pendiente. De mi abuela....de mi abuela....
Es lo que tiene esta navidad. Todas las navidades... Que parece que estemos obligados a recordar a la gente que ya no está. Pero yo la recuerdo siempre.... No hace falta que sea navidad.
Estoy en tránsito... una época de tránsito. Roberto Zucco me escribió el otro día una carta preciosa (como siempre.. sus cartas son infinitamente preciosas), donde me recordaba ese momento en que uno pasa de ser joven a ser viejo (en el sentido ése de crecimiento), ese momento en que uno parece estar en tierra de nadie y llega el momento de convertir todo eso en tierra de uno mismo. E igual que hace mi churrita Mariajo.. a seiscientos km de aquí.. me recuerda que un día no me acordaré de este ahora... que tendré un buen trabajo, un buen intestino grueso y alguien que me quiera como me merezco...

lunes, diciembre 18, 2006

Las niñas y Toledo

Fin de semana tranquilo. El viernes vino Ana (una vecina) e hicimos una cenita en casa. Hasta las mil. Lorena, Lola, Ana y yo. Hay documento gráfico que incluiré cuando baje el tamaño... Nos quedamos hasta las mil. Charlando. Es curioso, porque tengo la sensación de que no tengo amigos en Madrid. De hecho, cuando me siento mal.... acabo cogiendo el teléfono para hablar con alguien que está a 600 km... con Carlos, o José, o Tere, o mi churrita (aunque la última vez que hablé con ella estuvo especialmente escueta). Sin embargo, poquito a poco, le vas cogiendo cariño a estas "niñas". Lorena me recuerda especialmente a Marta. Hasta en los rizos se le parece. Y en la risa. Y en el vozarrón que tiene. Y a Lola, desde el principio, he tenido un buen rollo extra....una conexión extraña (será esa pinta de medio brujilla que tiene...). Lorena preparó mojitos... tantos que acabé traspuesta a las tantas.
El sábado nada especial. Estuve perdiendo el día. Durmiendo hasta las tantas y lo único productivo fue ducharme y depilarme (que nadie me llame oso...). Quedé en las Rozas para cenar con A. Acabamos en un asador pintoresco, cenando "Ternera a la piedra"... Nunca había probado eso de hacerme la carne en un trozo de piedra. Finalmente el dueño nos invitó a un Carpaccio de ternera, para compensar que la ternera a la piedra es excesivamente "seca". Así que queda pendiente otra cenita...

Y ayer fuimos a Toledo. Una ciudad de piedra. De repente te giras y te encuentras un pedazo de edificio... con una luz especial... Y el Tajo... y las montañas que rodean la ciudad. Una visita mágica con alguien con quien ando aprendiendo estos días.
Pasear, mirar, recorrer una ciudad empedrada, mirarnos a los ojos y cogernos de la mano. Comimos en un restaurante moderno en el centro (Adolfo Toledo, en la calle Nuncio Viejo). Le falla un pelín el servicio pero esos platos minúsculos, de diseño, realmente exquisitos.

Luego volver a Madriz... la cola fue tremenda hasta mi casa... cosas de domingo noche. El caso es que todavía no me hago con esta ciudad, especialmente con esas obras en las que se construyen desvíos provisionales que al cabo de unas semanas desaparecen.
Y hoy lunes.... vuelva a la rutina. Esta rutina extraña...

sábado, diciembre 16, 2006

Evanescence

Dos bellezas... un piano de cola y una mujer... Conozco mejores combinaciones, pero esta es una buena. La plaza... ¿es la de Sant Felip Neri, en Barcelona?. Estoy casi segura que sí.. uno de esos lugares para perderse en esa ciudad que a ratos echo de menos...

viernes, diciembre 15, 2006

Exposiciones varias...

Cosas que ver estos días (cosas que sí te digo):
Jorge Molder, en la Fundación Telefónica en Gran Vía... Un fotógrafo lisboeta y sus autorretratos
Escher... del 15 de diciembre hasta marzo, en el centro de arte Canal Isabel II. Una exposición interesante de grabados, litografías y xilografías de los espacios imposibles de este dibujante holandés... Un lugar de encuentro entre las matemáticas y el dibujo.
John Berger y Marisa Camino en el Círculo de Bellas Artes (Berger es uno de esos nombres que últimamente leo y escucho por todos lados...)
Gustav Klimy en la Fundación Juan March. Creo que sobran comentarios. Hasta el 14 de enero. Mejor con la visita guiada que organizan cada media hora.
Maya Goded, una fotógrafa mexicana en Casa de América.
John Cage en la Casa Encendida (mi curro!!!!)

Yo no te pido nada....

... mi padre siempre me recuerda que de niña nunca fui caprichosa. El veía niños llorando en un escaparate pidiendo un determinado juguete... y me explicaba que yo me quedaba mirando. Pero nunca pedía nada. Ni lloraba.

Y no. Yo no te pido nada. Bueno, sí. Sólo una cosa: que no me mientas. No es necesario.

jueves, diciembre 14, 2006

Aniversarios

A veces ganas aniversarios.. a veces los pierdes...
Hace más de diecisiete años comencé una historia con alguien, uno de estos días de pre-navidad. Ahora hace más de dos que no lo celebro. De hecho... yo siempre me olvidaba. Era él, el que llegaba con un ramo de flores, con un libro o una sonrisa y unas entradas para algún espectáculo que llevásemos tiempo queriendo ver. Igual es eso lo que me pone triste. Pensar que nunca más volveré a celebrar nada con él.
Vendrán otros aniversarios. Vendrán otras personas. Con un poco de suerte, igual llegarán hasta otras flores (últimamente la única que me regala flores es mi churrita cuando me siente triste...). Serán estos días... en que me siento más sola... que me dan por llorar.
Pero en realidad, todo va bien. Julia está mejor. Calvita, preciosa. Con esos enormes ojos de muñeca. Tengo ganas de verla. Las alfafetoproteinas han bajado hasta 108 cuando inicialmente estaban a 3400... Yo no sé muy bien qué significa todo eso... en todo caso sí que sé que quiere decir que vamos a poder celebrar muchas cosas estas navidades.
El trabajo en la Casa Encendida, también bien. Hoy me decían mis alumnos si había posibilidad de que hablasen con alguien para que me quedase allí dando clases todo el año. Evidentemente me emocionan esas cosas, aunque en la práctica no sirva para nada. Es un lujazo tener el trabajo tan cerca.
Ayer estuve en un concierto precioso, de un grupo que se llama Jarratina, donde canta Rafa, un amigo de Lola, mi compi de piso. Un repertorio de música tradicional, con una formación preciosa (la podéis verla en la web, donde además podéis comprar el CD, por sólo diez eurines :) )
Y hablando de música. A Ennio Morricone le han dado un Óscar honorífico, que supongo que se lo dan a todos aquellos a los que no se lo dieron en su día.

martes, diciembre 12, 2006

La rusa

Miguel Oriola es un personaje curioso. Sus fotos también (para muestra un botón, clica en su nombre y flipa en colores). La tercera clase con él, fue el lunes. Trajo una modelo para hacer fotos. Una chica de apenas veinte años, piernas infinitas (y más con los taconazos que llevaba) y un cuerpecito de esos que piensas: "¿qué coño les dan de comer?". La rusa. Así la llamaba Oriola. Y sí, a ratos tenías la sensación (sinceramente) de ser "un viejo verde". Pero simpático. Es lo que tiene la profesión. Yo siempre he tenido la idea de que la fotografía de moda vivía dentro de un mundo de frivolidad... y también fragilidad. La fragilidad de lo perecedero. Pero eso son otras cuestiones. La clase interesante. La actitud...bueno, a ratos divertida... Nos invita a su casa el próximo martes. La cosa es que realmente es todo un personaje, y tonterías aparte, un profesional en su curro. Que de eso se trata.
Y ya he empezado los cursos en la Casa Encendida. Iniciación a la informática. Como siempre (al final me voy a creer que soy buena formadora), los alumnos de felicitan al final de la clase. Que lo entendieron todo, que explico muy bien, que algunos ya hicieron otro curso con otro profesor y que a pesar del buen rollo, no lo explicaba tan bien.. En fin,que está mu bien.. porque te sube la autoestima.
Y hablando de autoestima... los niveles los tengo estos días más bien bajitos. Será el clima, será la regla, será será...

lunes, diciembre 11, 2006

PINOCHET ASESINO

Una cancioncilla....NO PODEMOS OLVIDARNOS DE LA HISTORIA (Fe de Ratas).

Creo que acertada para el día de hoy

sábado, diciembre 09, 2006

Cal Soldat

Dos días en la montaña empiezan con la frase mítica de Sylver de: "Yo aquí pondría una FNAC".
Llegamos a Cal Soldat muy tarde, casi a las siete. Una casa preciosa, con vistas a dos valles bien diferentes. Muy simpática la dueña. Nos colocamos, y el día parece que no va a dar para mucho más. Por la noche parecemos un grupo de inadaptados (como alguien me ha sugerido en un comentario :) ). José tocando la guitarra, Carlos grabando música, Anna y Carol escuchando, viendo la tele, y yo construyendo una cámara estenopeica (la verdad es que me he traido cosas para hacer como si fuese a estar un mes incomunicada)... el caso es que hubo un momento de esos de mirarnos .... y acabar riéndonos de la situación.
La mañana siguiente la dedicamos a recorrer pueblitos... Tremp, la Pobla de Segur y Sort... Visita obligada a la Bruixa d'Or, donde Carol y Anna aprovechan para comprar lotería del niño (la de navidad está agotada). El dueño, que parece un tipo de lo más frikie.. resulta que ha comprado uno de los billetes a la Luna ¿? (que digo yo que cuando se tiene tanta pasta no se sabe ni qué comprar). Comemos en Can Punyetas, que es una franquicia de "tabernas a la catalana" (de hecho, hay una en Sabadell, y tres en el mismo Madrizzz). Volvemos a las tantas, a tiempo para que lleguen los que faltan...En total seremos 11 personas, así que vienen de perlas esos colchones de más que hemos traido (suerte de esos colchones). Más risas. Una cena de embutido y ensalada y yo haciendo calceta (a lo abuelita, en un sillón orejero). Acaban jugando a ¿la silla?... pero yo una vez que me meto un Frenadol en el cuerpo sólo puedo arrastrarme hasta el altillo donde está el colchón donde duermo. Al rato llegan Josep y Carlos, entre risas... a despertarme (los muy capu...), así que acabamos durmiendo a eso de las cuatro (así no hay quien haga ni excursión ni nada...). Así que cuando la mañana siguiente amanece totalmente "enboirada", nadie hace ningún esfuerzo por salir antes de la casa. Un paseíto matinal y directos a Pont de Suert. Una carretera con unas vistas increíbles. De vuelta, paramos en Tremp a hacer un cafesito... y vuelta a Barcelona...
Mañana vuelta a Madrid. Esta vez viene Carlitos conmigo. Allí nos vemos con Xavi (que me tiene que explicar algo de su nuevo novio..), Miquel (el cangreju) y su pareja y unas amigas de ellos.
El Jardinero Fiel... Buena. Dura. Triste.

lunes, diciembre 04, 2006

Lunes

Otro lunes. Este diferente. Despertar en TU cama. Poner TU música. Encender TU cafetera. Recorrer TUS calles. E ir a TU oficina de la INEM... a ponerme de mala leche otra vez... ¿por qué lo complican siempre todo?. En fin, que para dejar de cobrar es todo mu fácil, y todo está automatizado y qué maravillosa es la informatica, y pueden ver el contrato que me hacen y toda la pesca.. pero para volver a cobrar...ah, no... para retomar la prestación tienes que traer todos los papeles del mundo y resulta que no sale nada en el ordenador.

viernes, diciembre 01, 2006

Volver a casa

Despues de seiscientos kilómetros en coche, recorriendo la autopista del noreste, escuchando música y recorriendo con la mirada las tierras rojas, los campos verdes y los edificios altos al entrar en esta ciudad. Directa de las Rozas a Sabadell. No hay nada mejor que entrar en la casa que no te resulta extraña, esa que no sólo decoré sino casi construí. Porque sé por donde va la instalación eléctrica, la calefacción, los desagües... Sé de dónde salió cada libro, cada figura, cada cuadro, cada cojín...De repente entras aquí... y pareces E.T. señalando con el dedo a un lugar imaginario. Sé que parte de esto, se va conmigo.. a cada lugar que estoy. También en Madrid he contruido algo similar, aunque no es lo mismo. Y miro el cesto de madera que utilizo de frutero y no puedo evitar sonreir, porque sé que mi madre estuvo ayer aquí, y lo llenó de papayas, aguacates, una piña, platanos y papayas. Es su manera de darme la bienvenida. Una ducha rápida. Unas velitas, un poco de incienso. Y sentarme a escribir en el sofá a esperar que sea la hora de la cena. Un reencuentro con antiguos compañeros, que tengo ganas de ver.
Ya estoy aquí. Me quedo unos dias. Os he echado de menos.