Erik Satie, la Maternidad de Barcelona y otras cosas

Estoy peleándome con una nana de Erik Satie: "What the Little Princess of Tulips Says". Igual es mucho más interesante un Gimnopédie, pero no llego a esa partitura :-) De momento la canija (o el canijo) se va a tener que conformar con el poquito piano que sabe tocar su madre.
Y estos días he estado hablando de hospitales, especialmente con Juani. Mi idea es parir en el Parc Taulí, que además es donde me operaron y donde trabaja mi prima Mónica. Pero empiezas a leer cosas en los foros de preñadas (ya no entro en ninguno más, que no hay nada peor que las experiencias personales, poco científicas y bienintencionadas) y se te ponen los pelos de punta, sobre cómo te tratan en un hospital. Juani me habla muy bien de la Maternidad de Barcelona, que es donde ha nacido su sobrino Nicolás y de un centro en Manresa donde hacen partos naturales en el agua (aunque yo tan jipi no soy), donde intentaron tener a su niña Raúl y Mónica. Lo intentaron porque resulta que el cordón venía con dos vueltas y tuvieron que salir corriendo para el hospital. Y allí, ni dilatación natural ni ná de ná. Me preguntan quién va a entrar al parto conmigo, y aún no lo sé. Juani me decía que mi madre, o Carlitos o ella y lo que tengo claro es que mi madre no, que me/se pone histeriquilla. Igual lo normal es que esté su padre, siempre que no se ponga a cantar mientras yo esté empujando (;-)) que me corta el rollo. Carlos me decía que para él sería un regalo. Para mí es un verdadero regalo haberlo conocido. Creo que mi mundo es diferente desde un día que nos cruzamos.
Esta mañana me levanté fatal. Tengo claro que lo que más necesito es tranquilidad. Y si encima tengo la suerte que me lo puedo permitir, no voy a hacer nada más que lo que me apetezca en cada momento. Y hoy me apetecía básicamente quedarme en la cama y que se me pasara la sensación de asco...así que le dije con cariño al garbancito que ya estaba bien de dar por culo, que tenía el resto de la vida para hacerlo, así que lo dosificara. Y parece que se ha calmado, porque hasta me he podido comer un trocito de tortilla y un tomate.
Marques me recordó el otro día en un mail precioso que un presente es también un regalo. Y hay que saber disfrutar de él. Y sí, es cierto. A veces andamos tan preocupados por lo que tiene que venir, que nos olvidamos de cosas tan importantes como lo que pasa ahora.
Esta tarde viene Joselito a tomar café. Tengo muchas ganas de verlo. Este finde ha tenido su curso de Gestalt, ese que parece le está viniendo tan bien. A veces siento que yo también tendría que seguir trabajando algo en ese camino. De momento, había pensado unas clases de yoga. Detrás de casa hay un centro con muy buena pinta: Arati. O al menos me han hablado muy bien de él. Y además, tienen clases personalizadas para embarazadas.