La oxitocina, el jazz y las alcachofas rellenas.
Dicen que la oxitocina es la hormona del enamoramiento, y que se segrega de manera natural durante el parto, para que la madre se enamore definitivamente de su bebé y no pueda desprenderse de él (algo así como tener el corazón fuera de ti vagando por el mundo). La naturaleza es sabia. Pero mi secreción de oxitocina (fuera de ese caso) no sé si funciona. Creo que con el tiempo, la producción se reduce, y la química del enamoramiento no es igual que cuando tenías veinte años. Debe ser cosa también de las heridas y las cicatrices. Casi todo el mundo reconoce que ando todavía tocada por los recuerdos, por lo vivido, por lo sufrido.
Cenamos en el vasco del mercado, Lluís, Yolanda, Josep, Pau y yo. Echamos unas risas (a cuenta de las que nos quedan). La verdad es que me hace sentirme bien volver aquí. Supongo que tengo ganas.
Y volver al Griffing... Realmente es un lugar entrañable y creo que ahora me doy cuenta que echaba de menos esos jueves de jazz. Menos mal que está ahí Pau (el tiet) para hacerme memoria. El concierto de ayer me alucinó. Especialmente el saxo. Andreu Zaragoza Quartet. No, no hice fotos. No me llevé la cámara... así que no tengo material gráfico. Eso sí, las cervezas las cambié por una tónica. No es lo mismo, claro. Y Pau se "ahorró" el purito de rigor (ese que disfruta con la buena música), porque dice que ahora ir con una embarazada le hace "portarse bien".
Y llevo días pensando en las alcachofas rellenas que le pedí a mi madre que me hiciese. Mañana comemos en casa de mi tía, y ella iba a llevar las alcachofas. Recuerdo de pequeña cuando le ayudaba a hacerlas, porque tienen un curro de la ostia. Hacía una masa de carne (no recuerdo bien con qué ingredientes exactos), huevo y pan. Y con paciencia había que ir rellenando las alcachofas. Luego las enharinaba y las metía en una cazuela. Y hacían chup-chup un par de horas. Es un verdadero placer chupetear las hojas de la alcachofa e irte encontrando la carne picada ...(Espero que la enana no salga con cabeza de alcachofa).
PD: Doncs, no, nena.. no tinc cap comentari teu!!!!!.
Cenamos en el vasco del mercado, Lluís, Yolanda, Josep, Pau y yo. Echamos unas risas (a cuenta de las que nos quedan). La verdad es que me hace sentirme bien volver aquí. Supongo que tengo ganas.
Y volver al Griffing... Realmente es un lugar entrañable y creo que ahora me doy cuenta que echaba de menos esos jueves de jazz. Menos mal que está ahí Pau (el tiet) para hacerme memoria. El concierto de ayer me alucinó. Especialmente el saxo. Andreu Zaragoza Quartet. No, no hice fotos. No me llevé la cámara... así que no tengo material gráfico. Eso sí, las cervezas las cambié por una tónica. No es lo mismo, claro. Y Pau se "ahorró" el purito de rigor (ese que disfruta con la buena música), porque dice que ahora ir con una embarazada le hace "portarse bien".
Y llevo días pensando en las alcachofas rellenas que le pedí a mi madre que me hiciese. Mañana comemos en casa de mi tía, y ella iba a llevar las alcachofas. Recuerdo de pequeña cuando le ayudaba a hacerlas, porque tienen un curro de la ostia. Hacía una masa de carne (no recuerdo bien con qué ingredientes exactos), huevo y pan. Y con paciencia había que ir rellenando las alcachofas. Luego las enharinaba y las metía en una cazuela. Y hacían chup-chup un par de horas. Es un verdadero placer chupetear las hojas de la alcachofa e irte encontrando la carne picada ...(Espero que la enana no salga con cabeza de alcachofa).
PD: Doncs, no, nena.. no tinc cap comentari teu!!!!!.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Es increíble como mucho de nuestras memórias y deseos pasa por la nariz, por la boca... más que recuerdos visuales, los tengo como olores, sabores. Uff... Quiero los gnocchis de mi madre, sólo con salsa de tomates y queso. Y después, un "cafuné". Besitos.
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