viernes, marzo 09, 2007

8 de marzo

A mí esto de las celebraciones me la "refanfinfla". De hecho, ya lo dice mi madre, que en eso me parezco a mi abuela y soy un poco "buhito"... pero si encima tenemos que celebrar el día de la mujer, y lo hacen más fervientemente los grupos feministas entonces no entiendo ná....

Ayer recibí varias felicitaciones por ser mujer y por ser trabajadora. Que digo yo que el día que nadie me tenga que felicitar por eso realmente habremos llegado a la "igualdad" (a pesar que tengo clarísimo que nunca seremos iguales). O que el Corte Ingles decida qué día podemos felicitar a los hombres por ser hombres y trabajadores :p

De todas formas, la mejor reivindicación creo que pasa por saber cuidarnos unos a los otros (aunque haya sonado muy cristiano....). Ayer me enteré de refilón que una pareja de esas "de toda la vida" se habían "dado un tiempo". L. se queja que E. no la cuida, no la quiere, no le dedica tiempo. Y E. ha estado tanto tiempo implicándose con el zapatismo, con los inmigrantes, son los bolivianos... que se ha olvidado de su compañera... Acabo pensando que las parejas se deshacen porque se dejan. Y curiosamente siempre tengo la sensación de que son ellos los que "dejan" más sutilmente....(igual no es así en todos los casos, pero sí en la mayoría). Y seguramente ni mi abuela, ni mi madre han tenido compañeros mejores (me consta), pero tengo la certeza que vivimos un tiempo en que a la mínima complicación el hombre sale corriendo. Y luego nos felicitan.

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Anonymous Anónimo said...

Totalmente de acuerdo.
Una matización, el hombre que a la más mínima complicación sale corriendo es debido ha que está inseguro y acomplejado.
Todavía quedan hombres de los de verdad pero muy pocos en el entorno bohemio zapatista.
DE todas formas,uno u otro, siempre es más de lo mismo.

10 de marzo de 2007, 10:36  
Anonymous Anónimo said...

A mi la verdad me toca mucho las narices esto de que para eliminar la diferencia haya que fomentarla... beneficiando al otro lado. Con la nueva ley las feministas radicales deben estar de enhorabuena, les van a regalar puestos en consejos de administración, ayuntamientos, etc. independientemente de su cualificación. Para mi, el puesto es para quien se lo merece, independientemente de su sexo. Y si los diez mejores son hombres, pues todos hombres. Y si son mujeres, pues todas mujeres.
Y digo que se lo van a regalar a mujeres y no a hombres porque aún no he visto a nadie reclamando mayor presencia masculina en sectores en los que están sub-representados. Ya que se hace mal, que lo hagan con todas las consecuencias no?
En fin, qué rollo me ha salido. Y ni siquiera te he felicitado :-p

10 de marzo de 2007, 14:30  
Anonymous Anónimo said...

Darle un puesto de responsabilidad a una mujer por cuota sin tener en cuenta su formación tanto intelectual como personal NOS DESPRESTIGIA.Un ejemplo de ello es varias de las actuales ministras,cito por ejemplo la de Fomento (sin preparación en ningún aspecto)" El puente se cayó porque el hormigón se fatigó".Descojone total.Y ya de la de Agricultura (¿Dónde está?,la tienen escondida porque no sirve para nada ,cada vez que negocia con Bruselas España sale perjudicada,mejor que ni vaya),Medio Ambiente,Vivienda y Cultura (mis vecinitas)sin comentarios.Y Leire Pajín y etc.etc.etc....
Bueno, escapa la vicepresidenta, pero hay veces que le obligan a decir cada cosa.....
Lagarto, me gusta mucho lo que escribes en tu blog.

12 de marzo de 2007, 12:16  
Blogger Pastora said...

Un puesto de responsabilidad tiene que ser llevado por la persona más válida, pero me cuesta creer que si la sociedad española da a luz a niños y niñas en igual proporción, ésta no se mantenga, para ocupar estos puestos. También me vienen a la mente otros ministros hombres que han desempeñado su cargo de forma penosa y no se cuestiona que para mantener la paridad han puesto a un hombre que no es válido.
Por otro lado, la figura del feminismo se ha endemoniado y estereotipado en mujeres homófonas, incapaces de amar a un hombre, prepotentes…
En casa de mi suegra este fin de semana, con la caldereta en la mesa (buenísima, por cierto), me dice: ponle (dirigiéndose a mí) a Jose (mi pareja y su hijo) la carne que quiera. Jose estaba sentado a mi lado y sin ningún impedimento para ponerse él mismo la carne que él mismo se iba a comer. Mi santísima suegra, sin ser consciente, estaba adoptando una actitud servil, que se repite muchísimas veces a lo largo del día y, muy a mi pesar, en gente de mi generación (treintañeros)
Creo que todos los que vemos que esta actitud tiene que dejar de ser normal, debemos implicarnos, de una forma u otra, con unas medidas u otras.

Carol

14 de marzo de 2007, 11:26  

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