Mi casa
Regresar. Uno sabe que está en su casa cuando le reciben ciertos olores, ciertos colores y ciertos sabores. Para mí es un trocito de paraíso. Un cuento de hadas construido a la medida. Se por donde van las tuberías de la calefacción, los cables de la luz, los desagües... Podría volver a dibujar cada una de sus espirales.
Puede parecer absurdo, o una pequeña obsesión, o quizás un exceso de materialismo. Pero cada una de las cosas que forman parte de esta casa, forman parte de mi historia. Como un coleccionista (de cualquier cosa...), yo acumulo objetos en los viajes, regalos de amigos, libros escogidos en algún momento concreto o recomendados por alguien, velas (aún conservo la que me regaló Rubén con olor a melón), candelabros (los de espirales me regaló Mariajo en Navidades, el que me trajo Jose de Marruecos con forma de serpiente, o los que me regaló con la bandera mexicana...), pinceles de la China, instrumentos de música traídos de sitios de lo más exótico (un violín de la India que me regaló Basurte, flautas de lo más diverso, un palo de lluvia... o esa campana tibetana que estuve una mañana entera en un mercadillo tibetano en Portree, buscando el sonido que nos gustase a los dos...)
Sí, sé que esta casa tiene demasiadas cosas. Pero es que a veces la vida se nos llena y eso nunca es demasiado.
Se nos llena de fotos y de recuerdos. Hoy encontré un album del viaje a Hungría. Guardé algunas fotos. Una con mi primo en un torreón en Brno (seguro que él se acuerda de si fue o no exactamente Brno), una de Albert subido a un cochecito de madera, con la cámara colgada, la misma cámara que ahora utilizo yo para el B/N, una de grupo, saliendo de Girona, otra del grupo llegando a Plzen... Me veo tan extraña en esas fotos. Con unas gafas enormes y el pelo larguísimo...
Volver a casa. Si pudiera llevármela así, tal y como está, a algún rinconcito de Madrid... lo haría ahora mismo. Aunque dicen que tu casa está donde te sientas bien.
Y hoy hablaba con mi madre (esa mujer de ojos azules que me compra flores siempre que vengo y me llena el frutero de madera con aguacates, piña y plátanos...y me mira con cariño pero contenta, aunque yo ahora viva lejos, porque en realidad me siente más cerca)... hablamos de Madrid, de mi nueva vida, de A., de Alb, de esta casa... de qué voy a hacer con esta casa. Pero es que es verdad, que no es una casa ni para vivir con niños (que un día llegarán), ni para hacerse mayor (que un día me haré, más). Sé que esta casa llegó en el momento en que la necesité. Sé que un día desaparecerá.. cuando ya no la necesite.
De momento, le voy a hacer fotos, para empezar a tener ese "book" de interiores que quiero hacerme... (éstas son muy malas.. que me falta una estilista, y quitar cosas de en medio, y poner filtros donde toca, y corregir algunos reflejos, pero uno se hace la idea de por qué me siento tan bien en esta cuevita)
Puede parecer absurdo, o una pequeña obsesión, o quizás un exceso de materialismo. Pero cada una de las cosas que forman parte de esta casa, forman parte de mi historia. Como un coleccionista (de cualquier cosa...), yo acumulo objetos en los viajes, regalos de amigos, libros escogidos en algún momento concreto o recomendados por alguien, velas (aún conservo la que me regaló Rubén con olor a melón), candelabros (los de espirales me regaló Mariajo en Navidades, el que me trajo Jose de Marruecos con forma de serpiente, o los que me regaló con la bandera mexicana...), pinceles de la China, instrumentos de música traídos de sitios de lo más exótico (un violín de la India que me regaló Basurte, flautas de lo más diverso, un palo de lluvia... o esa campana tibetana que estuve una mañana entera en un mercadillo tibetano en Portree, buscando el sonido que nos gustase a los dos...)
Sí, sé que esta casa tiene demasiadas cosas. Pero es que a veces la vida se nos llena y eso nunca es demasiado.
Se nos llena de fotos y de recuerdos. Hoy encontré un album del viaje a Hungría. Guardé algunas fotos. Una con mi primo en un torreón en Brno (seguro que él se acuerda de si fue o no exactamente Brno), una de Albert subido a un cochecito de madera, con la cámara colgada, la misma cámara que ahora utilizo yo para el B/N, una de grupo, saliendo de Girona, otra del grupo llegando a Plzen... Me veo tan extraña en esas fotos. Con unas gafas enormes y el pelo larguísimo...
Volver a casa. Si pudiera llevármela así, tal y como está, a algún rinconcito de Madrid... lo haría ahora mismo. Aunque dicen que tu casa está donde te sientas bien.
Y hoy hablaba con mi madre (esa mujer de ojos azules que me compra flores siempre que vengo y me llena el frutero de madera con aguacates, piña y plátanos...y me mira con cariño pero contenta, aunque yo ahora viva lejos, porque en realidad me siente más cerca)... hablamos de Madrid, de mi nueva vida, de A., de Alb, de esta casa... de qué voy a hacer con esta casa. Pero es que es verdad, que no es una casa ni para vivir con niños (que un día llegarán), ni para hacerse mayor (que un día me haré, más). Sé que esta casa llegó en el momento en que la necesité. Sé que un día desaparecerá.. cuando ya no la necesite.
De momento, le voy a hacer fotos, para empezar a tener ese "book" de interiores que quiero hacerme... (éstas son muy malas.. que me falta una estilista, y quitar cosas de en medio, y poner filtros donde toca, y corregir algunos reflejos, pero uno se hace la idea de por qué me siento tan bien en esta cuevita)
3 Si quieres decir algo, PINCHA AQUI:
En algún "western" decían que "el hogar de un hombre es aquel sitio donde tiene una percha para colgar el sombrero". Nunca he tenido claro si estoy de acuerdo con esa afirmación.
Me gusta tu casa. Se parece a ti. Eres tú. No me extraña que te siente tan bien, a ella le sientas tú muy bien, está claro. A ver si un día, no muy lejano, tengo la ocasión de comprobar a qué huele una vela con olor a melón mientras miro unos apacibles ojos verdes.
Me encanta esta casa. Eres tú. En cada rincón se refleja tus ojos, tu manera de vivir y de pensar. Me acuerdo la primera vez que la vi, me acuerdo esa infesion que nos tomamos en tu sofa, y me acuerdo esas espirales que quedan pendientes en la habitacion de Maria.
Y sobretodo me acuerdo de ti, de la Fati que nos tienes olvidados pero los de la Ferre siempre tienen un recuerdo para ti. Un beso mi Fati, busca tu felicidad, y sè feliz.
Si construiste un hogar de la nada y con la moral por los suelos, imagínate lo que puedes hacer ahora!!!! Siempre vas a tener gente en la que apoyarte, no lo dudes. Bueno, churrita, ya sabes que también tienes mi casa a la que puedes hacer fotos para "engordar" tu book de interiores y donde también encontrarás trocitos tuyos, como una bonita acuarela de un faro o una foto de fotomatón de las dos con pinta de inocentes.... Siento no haber estado el sábado.
Un besazo
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