Ferrovial, las ausencias, Gabriela y los girasoles
El jueves acabé un curso de Excel para Ferrovial. Aunque inicialmente el grupo era bastante sosete, al final parece que se quedaron muy satisfechos. Mola cuando todo el mundo controla más o menos lo que dicen que controlan... porque cuando te dicen que es un grupo "avanzado" y llegas alli y hay quien no entiende la diferencia entre una referencia absoluta y una relativa y tienes que empezar de cero, se te va a la mierda todo el trabajo que has preparado de código, de macros, de diseño de funciones...
Luego directa a casa... Volver a Barcelona. Seis horas de coche. A veces se me hace pesado, pero vas con la ilusión de volver. Salí de la A2 en una desviación que indicaba "Terrassa", con la idea de pasar por casa de mi madre. Y llegué hasta el camino de Castellnou... así que pasé justo por delante de la residencia donde había vivido mi abuela los últimos meses, y que era de mi madre (una parte). Un edificio enorme que empieza a tener vegetación, mucha iluminación y lleno de abuelos. Al llegar a la casa de mi madre, empecé a ser consciente que en poco tiempo hay elecciones municipales, así que habían asfaltado la calle... La primera (y última) vez que se había hecho, había sido entre todos los vecinos, entre ellos mi padre. Habían comprado un par de camiones de hormigón y aún recuerdo cómo habían colocado unas placas extrañas haciendo separaciones porque alguien dijo que había de tener juntas de dilatación. Yo no sé hacer calles ni carreteras... pero os aseguro que los del Ajuntament de Rubí tampoco, porque ya veremos qué pasa cuando llueva mogollón... más de un vecino no va a poder sacar el agua de casa, porque resulta que el asfalto ha taponado algunos desagües.
Y el otro día, hablando con María, vuelve a aparecer eso del "padre ausente". Una se da cuenta que las historias se repiten. María tiene sólo 22 años, y me cuenta que hace más de doce que no ve a su padre. Lo tilda de cabrón (seguramente con toda la razón del mundo) ¿Con qué derecho se trae un hijo al mundo y cuándo te enfadas con su madre lo abandonas a la deriva?...
Y luego está Gabriela. Yo creo que lo mejor que me voy a llevar de Madrid son los amigos (bueno, lo mejor, mejor no... pero eso ya lo explicaré en otro momento). A veces, tengo la suerte de encontrarme con personas como ella, con las que hacer crecer la complicidad. Y las risas.
Y al volver a casa me encuentro una nota de mi madre, que esta vez había cambiado los girasoles por un "panasonic"... Así que en realidad ha quedado menos hueco en la estantería después del robo.
Luego directa a casa... Volver a Barcelona. Seis horas de coche. A veces se me hace pesado, pero vas con la ilusión de volver. Salí de la A2 en una desviación que indicaba "Terrassa", con la idea de pasar por casa de mi madre. Y llegué hasta el camino de Castellnou... así que pasé justo por delante de la residencia donde había vivido mi abuela los últimos meses, y que era de mi madre (una parte). Un edificio enorme que empieza a tener vegetación, mucha iluminación y lleno de abuelos. Al llegar a la casa de mi madre, empecé a ser consciente que en poco tiempo hay elecciones municipales, así que habían asfaltado la calle... La primera (y última) vez que se había hecho, había sido entre todos los vecinos, entre ellos mi padre. Habían comprado un par de camiones de hormigón y aún recuerdo cómo habían colocado unas placas extrañas haciendo separaciones porque alguien dijo que había de tener juntas de dilatación. Yo no sé hacer calles ni carreteras... pero os aseguro que los del Ajuntament de Rubí tampoco, porque ya veremos qué pasa cuando llueva mogollón... más de un vecino no va a poder sacar el agua de casa, porque resulta que el asfalto ha taponado algunos desagües.
Y el otro día, hablando con María, vuelve a aparecer eso del "padre ausente". Una se da cuenta que las historias se repiten. María tiene sólo 22 años, y me cuenta que hace más de doce que no ve a su padre. Lo tilda de cabrón (seguramente con toda la razón del mundo) ¿Con qué derecho se trae un hijo al mundo y cuándo te enfadas con su madre lo abandonas a la deriva?...
Y luego está Gabriela. Yo creo que lo mejor que me voy a llevar de Madrid son los amigos (bueno, lo mejor, mejor no... pero eso ya lo explicaré en otro momento). A veces, tengo la suerte de encontrarme con personas como ella, con las que hacer crecer la complicidad. Y las risas.
Y al volver a casa me encuentro una nota de mi madre, que esta vez había cambiado los girasoles por un "panasonic"... Así que en realidad ha quedado menos hueco en la estantería después del robo.
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