martes, abril 03, 2007

Recuerdos...

Hoy alguien me preguntó por algún recuerdo de algún viaje. Me vienen a la cabeza los mil viajes que hice con Albert. Las islas Lofoten especialmente. Uno de esos lugares mágicos al que quería ir desde niña. Y cuando llegas en barco, las islas aparecen gigantescas, y parecen flotar sobre una niebla espesa, suspendidas en el cielo como algo mágico. Montañas enormes y verdes salpicadas de casitas de colores. Luego recordé Lisboa. Fue el regalo al acabar la carrera. Nos fuimos una semana a esa ciudad decadente, que atraviesa el tranvía 28, ese de madera que recorre el casco viejo, los restaurantes en el Chiado, un concierto en la iglesia do Carmo, el olor del Tajo, los miradores de la Alfama y los pasteles de Betlem.
Pero sin duda, el viaje que recuerdo de la niñez, era ese viaje eterno en coche desde Rubí a Ortigueira que todos los años hacíamos mi padre, mi madre y yo, en los diferentes coches (a cada cual más ruinoso, desde un R8 a un Talbot Horizon) que ha ido acumulando mi padre a lo largo de su vida de conductor. Llevábamos una nevera de esas de camping, llena de bocadillos y latas. Parábamos a comer normalmente cerca de un río, y mi padre acababa roncando un rato debajo de algún árbol. Recuerdo especialmente una parada en Ribadesella, un puente colgante sobre un río enfurecido, y mi padre queriendo pasar al otro lado (nevera incluida). Seguramente la escena no era ni la mitad de terrible que yo la recuerdo. Y la subida por el puerto de Piedrafita. Realmente espectacular. Aunque para entonces la nevera iba mucho más vacía.
En otro orden de cosas, estos días ando algo nerviosa, algo miedosa y algo cansada. Todo tiene que ver con lo mismo. Sé que volveré a casa y que allí habrá gente que me quiere sin condiciones. Sé que me voy a complicar la vida. Pero ahora tengo ganas de complicármela.

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Anonymous Anónimo said...

Aquí también hay gente que te quiere sin condiciones, aunque a veces aparentes empeñarte en que no sea así. Quizá, si compartieras esos nervios con quienes tienes más cerca, todo sería más fácil.

3 de abril de 2007, 2:31  
Anonymous Anónimo said...

También yo me siento nervioso estos días: lo de las goteras de casa, que ya va para tres meses y seguimos sin solución definitiva, el tropezón con una de las estatuas decorativas del insti y que tendré que pagar, el posible cierre del centro en su estructura actual por falta de alumnos y por cambios en el mapa escolar...

Hoy me escapo a Torrevieja. Quiero aire fresco con aroma mediterráneo.

Un beso, niña.

3 de abril de 2007, 12:22  
Anonymous Anónimo said...

Eres valiente porque te enfrentas a tus miedos, andas cansada porque eres un espíritu inquieto, y no es que estés nerviosa, ERES NERVIOSA.... Pero si no lo fueras no serías tú, y aunque te cueste creerlo y hay que recordártelo de vez en cuando, todo eso hace de tí una persona maravillosa.
Te quiero churrita

3 de abril de 2007, 15:35  

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