viernes, octubre 27, 2006

El perchero


El sábado pasado (estando en casa) vino Mariajo a hacer un café (curioso.. porque en Madrid no utilizan esa expresión "hacer un café"... lo toman, quedan... pero no "lo hacen".. pero es que en Catalunya somos más constructivos y "fem abraçades", "fem petons" i "fem un café"). El caso es que al subir vimos unos percheros en el portal. Unos porque eran varios. Tengo que matizar que sí, que estaban DENTRO, aunque realmente parecía que los hubieran dejado allí para tirar. Uno de ellos, el que nos llamó la atención, era un perchero de madera, blanco, de esos antiguos que puedes encontrar en el rastro... justo como el que ando buscando para mi habitación adoptiva. El caso es que comentamos si serían o no para tirar, que a veces dejaban cosas allí en el rellano del portal para luego tirarlas. Y cuando Mariajo salió (igual media hora más tarde) todavía andaban allí. Y volvimos a hablar... si serán para tirar... si no...
Y dejé la puerta abierta... con la idea de "a ver si veo a la vecina que lo tira y le pregunto". Pero allí no pasaba nadie. Finalmente decidí cogerlo y meterlo en casa, con la esperanza de que eso que yo suponía (que estaba allí para acabar en el contenedor de la esquina) fuese verdad.
Pero no.
A los quince minutos llega la vecina del tercero. Acompañada de la del segundo. Y un montón de niños (tienen cuatro hijos cada una de ellas) repartidos en diferentes escalones. Intimidadoras ambas. Y yo tuve la reacción esa inmadura de: "No, no he visto nada, no sé nada". Me dio vergüenza... menuda tontería. Reconocer que sí, que lo había cogido yo, pensando que era para tirar pero sin preguntar ni siquiera (seguramente hubiera sido lo más sencillo). Yo creo que me puse de todos los colores. Porque el perchero, ese "més maco que estava al costat dels altres, que l'he deixat aqui un moment perquè no podia pujar-los"...ese estaba allí dentro, en el vestidor, a pocos metros de esa vecina menuda, rubita y con mirada inquisidora. Y yo con cara de pasmarote, diciendo que sí que los había visto, pero que no sabía nada.... Ya, ya sé que no es la reacción más normal... pero a veces, no sabemos cómo reaccionar.
El caso es que las dos superpijas (que lo son.. que lo son), estaban de lo más indignadas (yo también lo estaría), porque claro, si no iban ni a poder dejar la compra en el portal un momento para subirla más tarde, porque podía entrar cualquiera, pero qué raro era que debía ser alguien de dentro, porque eso no era muy normal...
Al cerrar tuve ese remordimiento de conciencia... la culpa cristiana absurda esa que nos inculcaron. Y que la verdad... el perchero no era mío, ni estaba allí para tirarse (aunque hubiese estado abandonado más de una hora...).
Y venga a darle vueltas sobre cómo lo arreglo...
El caso es que pensé en mil historias. La primera reconocer la verdad. Vaya, subir con el perchero y la cara roja y reconocer que sí, que lo había pillado yo, y dar las mil excusas. Pero, como más tarde diría Pau: "no todo el mundo se merece la verdad...". Y sabía que eso significaría unas pequeñas crucecitas... la primera por pillar el perchero.. y la segunda por no reconocerlo. Así que la mente debía empezar a funcionar, y esa imaginación que da para tantas cosas utilizarla para algo práctico. Y se me ocurrió algo, que igual no parece muy creíble. Algo que tiene que ver con una amiga que vive en Sant Pol de Mar (el hecho de porqué escogí Sant Pol no tiene que ver con que allí hayan protegido de la lluvia un reloj de sol con algo que también lo protege del sol... :-p) y que se había llevado el perchero por equivocación... y que yo había hablado por tf con ella y le había comentado y lo había reconocido.. y que la próxima semana le traía el perchero... Bueno. La historia estaba inventada. Así que cuando Pau vino el domingo (después de reirse un rato con la anécdota) decidimos (casi a empujones) que venga, que subo, que si quieres subo yo y le digo que fui yo.. que no, que es algo que tengo que hacer yo, ... Finalmente subí y le expliqué. No sé si coló pero no se me ocurrió nada más... Así que la próxima vez que vaya a Barna, tengo que subir un perchero a la vecina del tercero...

Y hoy he ido al banco... y aún no he cobrado nada de la INEM... (ni de ná). Juers... :s

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Anonymous Anónimo said...

Verás cuando te vuelva a ver ... si te pillo, te acordarás de mí.

2 de noviembre de 2006, 9:21  

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