Volver a casa....
Un regreso pelín accidentado, con pinchazo (de rueda) incluido a la entrada de Zaragoza. Un café improvisado. Reencontrarme con los amigos. Echar unas risas a las tantas de la noche. Un "chivato" de regalo para adobar los cigarritos (gràcies, Josepe, per aquestes caixes plenes de "coses"). Y darme cuenta a las cinco de la mañana, que las llaves de mi casa (mi casa de verdad, esa que siento mía aunque más de la mitad pertenezca al banco) se quedaron en Madrid. Presentarme a las cinco y media en casa de mi madre. Para eso están las madres, me dice, para abrirte la puerta en cualquier momento. Y dormir en esa habitación de adolescente, que aún conserva libros y muñecas de otros tiempos.
Así que entro en mi casa el sábado por la mañana (he descubierto que la calle donde vivo.. tiene una página web, que esta AQUI). Y reconozco ese olor...y recorro con la mirada cada una de las espirales. Si pudiera traladarme con ella entera, con la cáscara, igual que un caracol... Sólo dos días, y tantas cosas por hacer. Y tantos amigos para abrazar... Reparar la rueda se convierte en comprar una nueva (al menos la llanta se puede aprovechar). Como con mi tía y mi madre... qué bueno sería eso de tener hermanas, aunque sólo fuera para darte cuenta de las diferencias. Luego ese trabajo pendiente (esa foto en un cuarto de baño oscuro...), algo que tengo que entregarle a Pablo Esgueva el martes próximo... (ya veremos, porque la idea es buena, o al menos a mí me lo parece, pero el resultado no me convence, y no hay nada peor que un trabajo del que no estás convencido). Ver a Tere. Cenar con Pau. Y hablar hasta las mil con alguien que empiezo a echar de menos cuando no está. Y esta mañana, tengo un montón de cosas por recoger.... entre ella a la nena i a neng, que vienen del Nepal. He quedado con Carlos (mi cari...mi niño... mi otro trocito) y con el noviu de Mariagnes (qué extraño suena eso) para ir al aeropuerto.
Y luego volver a Madriz. ¿Volver a casa?. Mi otra casa. La casa adoptiva.
Me llevo unos cuadros. Estan pintados sobre seda por una chica de aquí. Uno de ellos es la Torre del Agua, el otro el Portal de Sant Roc y por último la iglesia que sale en las escrituras de mi casa... esa que toca pared con pared y que me despierta a campanadas...
Así que entro en mi casa el sábado por la mañana (he descubierto que la calle donde vivo.. tiene una página web, que esta AQUI). Y reconozco ese olor...y recorro con la mirada cada una de las espirales. Si pudiera traladarme con ella entera, con la cáscara, igual que un caracol... Sólo dos días, y tantas cosas por hacer. Y tantos amigos para abrazar... Reparar la rueda se convierte en comprar una nueva (al menos la llanta se puede aprovechar). Como con mi tía y mi madre... qué bueno sería eso de tener hermanas, aunque sólo fuera para darte cuenta de las diferencias. Luego ese trabajo pendiente (esa foto en un cuarto de baño oscuro...), algo que tengo que entregarle a Pablo Esgueva el martes próximo... (ya veremos, porque la idea es buena, o al menos a mí me lo parece, pero el resultado no me convence, y no hay nada peor que un trabajo del que no estás convencido). Ver a Tere. Cenar con Pau. Y hablar hasta las mil con alguien que empiezo a echar de menos cuando no está. Y esta mañana, tengo un montón de cosas por recoger.... entre ella a la nena i a neng, que vienen del Nepal. He quedado con Carlos (mi cari...mi niño... mi otro trocito) y con el noviu de Mariagnes (qué extraño suena eso) para ir al aeropuerto.
Y luego volver a Madriz. ¿Volver a casa?. Mi otra casa. La casa adoptiva.
Me llevo unos cuadros. Estan pintados sobre seda por una chica de aquí. Uno de ellos es la Torre del Agua, el otro el Portal de Sant Roc y por último la iglesia que sale en las escrituras de mi casa... esa que toca pared con pared y que me despierta a campanadas...
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